Con todos los cambios que están amenazando nuestro
actual sistema de vida, podemos pensar que estamos viviendo en una época de
cambio, pero si profundizamos algo más, no deberíamos plantearnos que, ¿estamos
viviendo un cambio de época?
Los jóvenes somos cada vez más reactivos y nos guiamos
por nuevos modelos motivadores, de hecho cuanto más viejo sean tus pensamientos
y modos de posicionarte ante la realidad, este cambio de época será mucho más
difícil.
Uno de los errores más comunes que cometen los de la
antigua escuela es pensar que se puede tener el control sobre todo, las
personas que nos rodean, las situaciones, tu propio trabajo.
Bastará con echar una mirada a nuestra oficina (aunque
sea la del SAE), observar, mirar lo que hacen, leer la prensa, hablar de forma
humana con empleados/as y desempleados/as. No tenemos, ni debemos saberlo todo,
no somos máquinas.
Aceptemos que con toda la información recabada, aun
así, podemos cometer errores. Todos/as somos humanos/as. Sólo con los errores
conseguiremos cambios creativos y aprenderemos de ellos sin desterrarlos.
Hay que positivar el esfuerzo no sólo con el final del
camino, sino por todo lo recorrido. Pocos llegaremos hasta el final, pero
quizás, lo mejor está en medio del camino, aprovechémoslo.
Invirtamos en nosotros/as, forcemos nuestro cambio
generando y siendo artífice del mismo, con las herramientas adecuadas.
Escúchate y valora tus ideas.
Piensa que a veces la recompensa económica no lo es
todo, el trato humano, la relaciones, las experiencias pueden tener mucho más
valor en tu entorno competitivo de actuación.
No todo está inventado, tú eres el creador, imprime tu
valor
Lidera tu cambio.